A mordidas, cucharadas, en bolsita o plato hondo… no importa cómo te la comas, el sabor de la torta ahogada sellará por siempre tu memoria y la querrás comer cada vez que llegue el antojo.
Y es que, a este bocado tapatío por excelencia, cada quien le imprime su estilo para degustarlo.
Dirán que es una receta sencilla: birote salado embarrado de frijoles refritos, salsa de jitomate, salsa de chile de árbol y ¡listo! pero de un puesto a otro cambia su sabor, de manera que nunca encontrarás una igual entre los establecimientos que la preparan.
Los conocedores argumentarán que el secreto está en la consistencia del pan, o en el espesor y especiado de la salsa de jitomate, quizá en la textura picosa del chile (debe ser el de Yahualica).
Pero lo cierto es que uno va midiendo el paladar y la valentía, entre la rociada de limón, la cebolla para coronarla y hasta la cantidad de chile que pueda aguantar.
Este majar de gran tradición, favorito del recetario tapatío que de igual manera lo encontrarás en puestos y mercados, así como en restaurantes gourmet resulta un remedio famoso para alivianar “la cruda”.
Más sobre la torta ahogada:
- En 1864 Llega Camille Pirotte, un panadero del ejército francés que quería hacer baguettes, pero por las condiciones geográficas de nuestra ciudad de su horno salió el birote, tal y como lo conocemos hoy en día.
- A finales del siglo XIX, cuando la construcción de la estación del Ferrocarril de Guadalajara, las soldaderas y amas de casa alimentaban a los constructores y jornaleros de la localidad con unos deliciosos lonches de costillita, acompañados de un poco de chile de árbol.
- Don Luis de la Torre, “El Güero”, continúa vendiendo esos lonchecitos a espaldas del Tempo de San Miguel, y un día, un cliente pasado de copas temblaba tanto por los efectos el alcohol que accidentalmente tiró su lonche a la olla del chile y al probarlo experimentó el “santo remedio” para desaparecer su resaca… así se corrió la voz de este milagroso manjar.
- Don Luis empleó a dos ayudantes: José “El de la Bicicleta” y Carlos Saldaña de “Los Güeritos”.
- Luego, Carlos Saldaña y su hermano inician sus propias tortas ahogadas junto al negocio de tacos de la señora Saldaña, al que muchos clientes con menos necesidad de sufrir le solicitaban salsa de jitomate para acompañar su birote con carne, y es así como se confecciona el platillo como lo degustamos hoy.